Siempre que viajamos nos encanta ver como todos nuestros pasajeros logran conectar con lo esencial y olvidarse por unos días de la rutina laboral.
La Ange es un claro ejemplo de eso, trabaja en una empresa eléctrica hace 6 años, es ingeniera comercial y en Amazonas su cara nos transmitía solo paz y felicidad, siempre regalándonos una sonrisa!
Cuando recién llegamos, después de tres horas de navegación, era imposible no ver a una Ange emocionada, así que nos pusimos a conversar.
Todo lo que había imaginado ni siquiera era una parte de lo que habíamos vivido, el río no era café, sino que reflejaba el paraíso al que entrábamos, el verde lograba cautivarte mágicamente, la flores aparecían como un regalo, monos, aves y delfines, nos saludaban para darnos la bienvenida. Reflexionamos, compartimos y celebramos, habíamos llegado al Amazonas 🙂
“Es difícil describir en una palabra esta experiencia, no se puede, son muchas sensaciones al mismo tiempo, pero si tuviera que describir esta experiencia en una sola palabra sería felicidad, al llegar acá me sentía plena, me sentía feliz….”
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